Bogotá en los años noventas; la época del grunge y el gangsta rap, y el 5-0 contra Argentina. El decenio en donde nació el internet dial-up, el laptop y los celulares pero que terminó con el temor injustificado del Y2K. Bogotá, fría, desorganizada, por fin se convertía en la capital cultural del país, la cuna de los artistas, bohemios y soñadores. En medio de todo esto creció una generación que no podía jugar en la calle y que se acostumbró a no tener luz en las noches, la generación de Simón Cuervo (13) y Valentina León (13), nuestros protagonistas, que junto a Los Rotos, un grupo de jóvenes amantes de la música, buscan su camino a través de la adolescencia.